El shock

Desde pequeñas creo que todas las mujeres damos por sentado que algún día tendremos hijos, sin embargo, siempre lo vemos como algo futuro, jugamos a la casita, tenemos muñecos a los que tratamos como bebés, cuidamos a nuestros sobrinos, incluso creo que hay ocasiones en que tratamos a nuestros novios, esposos, amigos o a cualquier persona como hijos. Ese instinto maternal que siempre está latente en nuestro ser y nunca nos abandona que sale a relucir de vez en cuando ya sea para apacharlos y hasta para regañarlos.

La realidad de las cosas es que nunca nos ponemos a pensar en cuándo será que demos ese gran paso, si estaremos concientes de lo que ello significa, si lo estaremos buscando, si nos tomará por sorpresa, si cuando llegue el momento estaremos preparadas física, mental y económicamente, si estaremos solas o acompañadas... en fin, muchos pueden ser los estados y las variables a nuestro alrededor cuando el llega el momento en que decimos... ESTOY EMBARAZADA!!!

En lo personal puedo decir que a pesar de saber que podría pasar en cualquier momento, nunca estuve 100% lista (ahora creo que nunca lo hubiera estado en realidad) y la noticia me generó un shock.

La primer señal fue muy obvia. Un retraso en mi tan exacto período menstrual... si un día es mucho para mí, imaginen lo que fueron 3 días aunado a miles de pensamientos que no me dejaban ni dormir tranquila. Fue ahí cuando le dije a mi esposo que era hora de ir a la farmacia por una prueba casera. Al llegar a mi casa estaba realmente nerviosa, no sabía si una prueba negativa sería peor que una positiva o viceversa. Literalmente tuve que tomar 3 vasos grandes de agua seguidos, no quería que nada estropeara la prueba. Si algo es peor que saber una mala noticia, creo que es la incertidumbre de no saber. Leí las instrucciones, hice a mi esposo que las leyera y me las explicara, volví a leerlas, ¿de qué lado se pone?, ¿y si lo mojo de más?, ¿y si lo mojo de menos?, ¿y si se me cae?, ¿y si no sirve? Cualquier pregunta estúpida la veía como arma para no hacerlo, hasta que al fin a regañadientes fui al baño.

Las instrucciones dicen que la prueba tarde 3 minutos por lo que no me previne para lo que mi sorpresa fue la prueba más rápida que puede existir. Al instante en que la cosa se empezó a mojar de inmediato salieron las tan famosas 2 rayitas (o 3 ya ni recuerdo). Mi primera reacción, por supuesto, fue gritar. Hubiera querido no haberlo visto tan pronto. Por supuesto que eso no podía estar bien, ¿cómo puede ser tan inmediato un resultado? De seguro no está bien. ¿La reacción de mi esposo? reírse de mí por supuesto. Me tranquilizó y me dijo que al día siguiente iríamos por una prueba de laboratorio.

Extrañamente, esa noche pude dormir. Al día siguiente me desperté sin batallar, cosa rara en mí, y me dirigí al laboratorio. Me sacaron sangre, me dolió por supuesto, y me dijeron que a más tardar a medio día estarían publicados los resultados.

Ya podrán imaginar qué mañana tuve. Sin exagerar creo que cada 10 minutos refrescaba la página del laboratorio para ver si ya los tenían.

A las 12:45 pm al fin!, resultado disponible! No recuerdo haber estado tan nerviosa en mucho tiempo, no tuve el valor de dar el próximo clic en la pantalla. Tuvo que venir mi amiga a dar clic, inmediatamente cerre mis ojos y cubrí mi cara con mis manos, poco a poco fui abriéndo mis ojos y ahí estaba, con letras mayúsculas y centrado en la pantalla. POSITIVO. Ni una palabra más, ni una solo explicación, una sola palabra que cambiaría mi vida para siempre.

Al leerlo mis ojos se llenaron de agua, no se si de emoción, nervisismo o miedo. Tuve que tomar de la mano a mi amiga para no caerme de la silla, como siempre mi método contra cualquier sentimiento extraño fue reir a carcajadas con lágrimas en los ojos.

Envíe a mi esposo el resultado, realmente me hubiera gustado ver su cara pero creo que debió haber sido de emoción. El siempre había querido tener hijos desde el día 1 de nuestro matrimonio.

¿Y ahora? ¿qué tan confiables son estas pruebas? 99% me dijeron por ahí. Entonces aún queda duda y yo no me sentía completamente satisfecha. Pedí una cita con el ginecólogo y tuve que esperar un día más para estar segura de los resultados.

Cuando llegamos con el doctor, le pregunté cuánta posibilidad habría de que ambas pruebas fueran un engaño y mi condición fuera otra. Me dijo que efectivamente todas las probabilidades apuntaban a un embarazo, sin embargo haríamos un eco para ahora sí que no quedara duda.

Fuimos a la sala de ecos, me prepararon y al instante en que el doctor pondría su instrumento en mí, comenzé a reirme sin parar, jajaja me vuelvo a acordar y me dá risa de nuevo.

Yo lo que pensaba era que el doctor estaría pensando, "ash estas pacientes que solo me hacen perder mi tiempo, como me caen mal" por supuesto él solo me veía con una sonrisa en su boca, yo seguía riendo a carcajadas y mi esposo como siempre se reía conmigo o de mí, que para el caso era el mismo.

Al fin, después de unos 3 minutos de risa imparable respiré hondo y mi risa se tornó en un semblante serio y nervioso.

Y ahí estaba!! un saquito del tamaño de un chícharo dentro de mí. Así que las palabras textuales del doctor fueron... "Sí Lilian, estas bien embarazada" creo que nunca olvidaré esas palabras.

Y de repente algo prendió y comenzó a oirse una frecuencia rápida que se graficaba en el eco, ¿y eso? es su corazón.

No había más duda, después de 2 años de casados, tendríamos un hijo.

Mi primera reacción por supuesto fue de emoción, sin embargo, después empecé a pensar en todas las implicaciones que esto tendría en nuestras vidas. ¿Estamos listos? ¿Qué pasará con mi trabajo? ¿Podremos mantenerlo? ¿Sabré educar a una personita? ¿Tendré el tiempo necesario que esto requiere? Mil y un preguntas pasaron por mi mente, cada una de ellas me llenaba más y más de miedos y dudas. Gracias a mi esposo, aún sin tener respuesta a la gran mayoría de estas poco a poco pude ir sobrepasando mi estado emocional de shock al de tranquilidad para día a día ir preparándonos en lo que se pueda para la llegada de esta personita a nuestras vidas.
En fin, en este blog iré compartiendo mis sentimientos así como los cambios y novedades que haya referente a mi embarazo.
Lo nombré "Creciendo juntos" ya que dentro de mí literalmente crece esa personita que dentro de poco será parte de nuestras vidas y yo por mi parte iré creciendo mental, espiritual y físicamente para su llegada.
Espero no haberlos aburrido de más y que continuen leyendo mis incoherencias, que los pueda alegrar un momento y sean parte de mi experiencia en esta nueva etapa de mi vida.
Gracias!